Lo que debes saber de...la displasia de caderas

Una de las principales enfermedades de tipo óseo que preocupan a los propietarios de perros, especialmente a aquellos propietarios de razas grandes, es la famosa displasia de cadera. La displasia de cadera es una enfermedad hereditaria, no congénita, ya que no se manifiesta con el nacimiento sino que comienza a dar signos de su existencia a partir de los 4 o 5 primeros meses de edad, aunque un diagnóstico fiable de esta enfermedad no pueda obtenerse hasta el primer año de edad. Se trata, además, de una enfermedad degenerativa que se produce a causa de una malformación que provoca que la cabeza del fémur no encaje correctamente con el hueso de la cadera.
 

La displasia de cadera puede producir en aquellos perros que la padecen cojera, dolor e, incluso, dificultades para sentarse o subir escaleras. Normalmente, es una enfermedad propia de razas grandes como el pastor alemán o el labrador, ya que se trata de razas en las que el animal aumenta su peso y su volumen muy rápido en un esqueleto inmaduro y que cuenta, a su vez, con una mineralización y calcificación tardías.
 
Aunque se trata de una enfermedad hereditaria es cierto que, en la aparición y gravedad de dicha enfermedad, también intervienen factores como la alimentación, un ejercicio físico intenso (especialmente en edades tempranas), sobrepeso o alteraciones hormonales.
 
Niveles de displasia
 
Dentro de la displasia de cadera, suelen establecerse varios niveles en función de la gravedad en que se presente la enfermedad. Para ello, el veterinario suele regirse por el conocido como ángulo de Norberg. Este método consiste en trazar sobre la radiografía, previamente realizada, una línea que vaya desde el centro de la cabeza del fémur hacia el centro de la otra. Además, dese ambos extremo, se traza otra línea que pase por el borde acetabular dorsal, formando un ángulo con la anterior y, según la amplitud del ángulo, tenemos los siguientes grados de displasia:
 
  • Mayor de 105º -  No presenta displasia.
  • Entre 100 y 105º - El animal tiene displasia leve.
  • Entre 90 y 100º - La displasia es moderada.
  • Si mide menos de 90º - La displasia se considera grave, pudiendo llega a presentar luxación.
 
 


Tratamiento
 
Según el nivel de gravedad de la displasia que presente el paciente nos encontramos con dos tipos de tratamientos:
 
1.- El tratamiento conservador: basado en la administración de condroprotectores como el Omnicondro durante largos periodos de tiempo, así como aiinflamatorios y analgésicos (AINEs). Junto a esto, resulta de especial importancia mantener al perro dentro de su peso, ya que un menos peso del animal somete a un menor estrés a las articulaciones.
 
2.- El tratamiento quirúrgico:  En cuanto a los curativos destaca la Triple Osteotomía Pélvica y en los paliativos la Artroplastia por Excesión de la Cabeza del Fémur. Existen otras opciones quirúrgicas, basadas  en la sustitución de la articulación de la cadera por una Prótesis.
 
Prevención
 
Una de las principales formas de prevenir la enfermedad en nuestro cachorro tiene que ver con el lugar del que proceda el mismo. Por ello, es conveniente adquirir al animal en lugares que garanticen, mediante certificado oficial, que tanto los padre como los abuelos del cachorro se encuentren libres de dicha enfermedad. Sólo de esta forma, en unos años, llegaremos a extinguir esta enfermedad, garantizando que cada cachorro que nazca se encuentra en las condiciones más óptimas.

No obstante, el que los padres estén libres de displasia no implica necesariamente que su descendencia no la desarrolle, pues es una enfermedad poligenética.

Otros elementos a tener en cuenta de cara a prevenir o reducir la gravedad de la enfermedad tienen que ver con el mantenimiento del cachorro en un estado óptimo de peso, no forzarle a realizar un ejercicio excesivo y, sobre todo, evitar que el animal se encuentre en superficies donde puedan resbalarse. 
 

 

 
La displasia de cadera es una enfermedad muy extendida que afecta a miles de mascotas. Por ello, es fundamental conocer tanto el tratamiento como, sobre todo, los modos de prevención para tratar, en la medida de lo posible, de hacerla desaparecer y permitir que, cada cachorro que nazca, lo haga en las mejores condiciones y con la mayor calidad de vida posible.

 

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