En el artículo anterior sobre la socialización de nuestras mascotas os explicábamos la importancia de comenzar con este proceso desde el primer día de vida de nuestro perro. De no hacerlo, podemos llegar a generar conductas indeseadas por parte del animal, que tenderá a protegerse ante situaciones de miedo o inseguridad a través de la agresivisad o la destructividad.
Una vez comprendido esto, lo siguiente es saber cómo aplicar ese proceso a nuestras mascotas. Para ello, os presentamos una serie de consejos prácticos para aplicar en nuestro mejor amigo:
- Debemos evitar a nuestra mascota la exposición a situaciones o experiencias negativas. Este tipo de situaciones puede crear un trauma en el animal, dañando su capacidad de ser un buen perro en el futuro. Evitando el contacto con perros agresivos, muy brutos o inseguros evitaremos también que nuestro perro adquiera este tipo de conductas.
- Nunca permitas, a la hora de jugar con el perro, conductas agresivas hacia los humanos. Aunque los perros, especialmente cuando son cachorros, tienden a jugar peleándose, sólo deben jugar de este modo con otros juguetes o con perros de edad similar. Si vemos que emplean las mismas tácticas brucas u agresivas con nosotros deberemos parar el juego de inmediato, diciéndole un fuerte "NO", pero sin gritarle o pegarle, pues con esto sólo le haríamos sentir inseguro. Tu perro debe saber que tú eres quien tiene el control de la situación pero, si llegamos a pegarle o gritarle, no conseguiremos otra cosa que no sea infundirle miedo y, un perro con miedo hacia su dueño es un perro desconfiado que puede volverse imprevisible cuando necesitemos que nos obedezca.
- Acostumbra a tu mascota a ser manipulada por las personas. Debemos coger en brazos al cachorro u al perro adulto y manipularle durante 15 minutos al día varias veces. Al tocarle debemos intentar hacer cosquillas en la barriga, las patas o la cabeza, de manera que, si observamos que reacciona de forma favorable, deberemos seguir haciéndolo. En caso contrario, hablaremos al animalusando un tono suave y bajo para que comprenda que, con nosotros, se encuentra en una zona segura. Si tu cachorro no se siente cómodo ante las caricias, deberemos acortar los tiempos que dediquemos a manipularle, aprovechando el tiempo en que le veamos relajado para terminar la sesión. A medida que veamos que el animal se siente más agusto, progresaremos tocándole las almohadillas, lo cual nos hará más fácil llevar al animal al veterinario y que éste pueda manipularle. Además, será importante que practiquemos este ejercicio en diferentes lugares y situaciones, para que el animal se acostumbre a los distintos olores, texturas y sonidos.
- Una vez tu cachorro o tu perro tenga confianza contigo, podemos pasar a prensentarle a extraños, siempre sin forzarle. Es importante que, previamente, informemos a la persona a la que vayamos a presentarle al animal de las reglas básicas de socialización: hablar al animal en un tono suave y firme sin gritarle ni sobreexcitarle. En cualquier caso, si durante la presentación observamos cualquier conducta agresiva o vemos que el animal no se siente cómodo con la situación, deberemos detener el proceso inmediatamente y procuar que el animal haga algo con lo que se sienta cómodo, como correr tras la pelota. Si vamos a prensentar un niño al animal, deberemos evitar que le agarren o le traten con brusquedad. Incluso, durante las primras sesiones, sería recomendable que el niño a presentar fuera un niño calmado. No es aconsejable que el primer niño que conozca el animal sea un niño hiperactivo, pues puede volver loco al animal y generarle miedo a los niños.
- Siguiendo el punto anterior,deberemos tener especial precaución a la hora de llevar a cabo la socialización de tu perro en presencia de niños. A simple vista, puede parecer buena idea llevar a nuestra mascota a un paque con niños para que estos se acerquen y jueguen con él. Sin embargo, aunque parezca que todo va bien porque no notemos ninguna reacción negativa en el animal, nuestro perro puede estar siendiendo indefensión y, por lo tanto miedo, por lo que deberemos asegurarnos de que los niños sigan las reglas, mostrando una actitud calmada ante el animal y, a ser posible, intentar que no sean más de dos los niños que se acerquen a la vez al animal.
- En el caso de la socialización con otras mascotas, lo primero es presentarle el olor o la esencia del otro animal. Podemos ofrecerle una toalla, o cualquier otra prenda en la que el animal haya dormido o con la que haya jugado. Si vamos a tener varios animales en el mismo lugar, es recomendable que cada uno cuente con su propio espacio, cuenco de comida o juguetes. También resultará fundamental que estemos pendiente de las señales de ambos animales, que los dor animales estén moviendo la cola no quiere decir que podamos confiar plenamente en ellos.
Estos son algunos de los consejos de deben seguir los propietarios responsables a la hora de enfrentarse a la socialización del animal. Junto con ellos, será fundamental que, aunque sepamos que, en caso de tener un cachorro, éste no debe pisar la calle hasta que no conluya su calendario de vacunación, sí que es fundamental que aprovechemos que es pequeño para llevarle en brazos a todos los sitios que podamos. Los cachorros son verdaderas esponjas y, sacándoles y enfrentándoles a situaciones nuevas, les estaremos enseñando más de lo que imaginamos y, a la vez, ¡estaremos quemando más energías de las que podamos creer!
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