Lo que debe saber de...problemas de rodilla en perros

Dentro de las enfermedades de rodilla del perro, son dos las que destacan especialmente: la rotura de ligamentos cruzados y la luxación de rótula. Siendo esta última especialmente frecuente en razas de perros pequeños o perros con ciertas razas como el bulldog inglés o el beagle. En el caso de razas grandes con ciertos problemas de sobrepeso, como el rottweiler o labrador, es más frecuente la ruptura de ligamentos cruzados. Aunque, bien es cierto que, en perros miniatura con sobrepeso también resulta frecuente, como el Yorkshire o el Pomerania.

En el caso del perro, la articulación de la rodilla corresponde con la articulación correspondiente entre el hueso del fémur y la tibia. Esta articulación es mucho más sensible ante cualquier tipo de lesión debido a que estos huesos no cuentan con demasiado enclavamiento dentro de la articulación y recae mucho peso durante la marcha. Por lo tanto, la posible estabilidad de la rodilla no recae tanto sobre el hueso y la forma en que éste encaja, sino sobre los tejidos blandos que se sitúan alrededor de la articulación.

Problemas de rodillas: principales síntomas

Algunos de los síntomas que pueden a llevarnos al diagnóstico de un problema de rodilla son:
  • Dolor repentino durante la ejecución de un ejercicio físico.
  • Alzamiento de la pierna afectada sin ejercer ningún peso sobre la pata afectada.
  • Cojera intermitente durante el paseo.
  • Inflamación de la rodilla afectada.
Mi perro tiene un problema de rodilla: cómo puedo tratarlo

Los problemas de rodilla en perro, por lo general, suelen ser dos: la luxación de rótula o la ruptura del ligamento. En función del tipo de lesión al que nos encontremos, deberemos seguir una línea de actuación u otra.

La luxación de rótula

Dentro de la luxación de rótula podemos encontrar varios niveles en función de la gravedad de la misma. Si nos encontramos con una luxación leve, bastará con que el veterinario vuelva a recolocar la rótula en su sitio. Por lo que, como propietarios, deberemos llevar a cabo ejercicios de manera moderada con ellos, para no sobrecargar las articulaciones del animal pero fortaleciendo la musculatura.

En caso de que el animal presente dolor, tras la visita veterinaria, podremos suministrarle analgésicos para mitigar esas molestias.

Y, por último, si nos enfrentamos a un caso grave de luxación, puede llegar a ser necesaria la cirugía para colocar la rótula en su posición correcta o para ahondar el surco lo suficiente como para que no vuelva a salirse y solucionar el problema definitivamente.

La ruptura del ligamento

Este tipo de roturas suele producirse a causa del uso y el desgaste de la articulación. Por lo tanto, es una lesión más propia de perros senior.

La principal función de los ligamentos consiste en mantener los huesos en posición fisiológica, de manera que la articulación funcione de manera normal sin que tenga que hacer ningún esfuerzo. cuando este ligamento se rompe, el doblar la rodilla se convierte en un grave problema que genera fuertes dolores en aquellos perros que lo padecen.

En estos casos, la única solución posible pasaría por una intervención quirúrgica.

Entonces, ¿cómo puedo prevenir la aparición de problemas de rodilla en mi perro?

Muchos de los perros con problemas de rodilla padecen este problema a causa de su obesidad, un perro que se encuentra en su peso y que realiza el ejercicio que necesita es un perro con una musculatura bien desarrollada y que no estará sometiendo a sus articulaciones a un sobre esfuerzo. Además, si su perro padece de sobrepeso y consigue que vuelva a su peso normal, la recuperación de la rodilla es aún más rápida. 

Por lo tanto, si usted nota un problema en el perro, es recomendable llevarlo al veterinario para evitar el desgaste excesivo de la articulación, ya que el tiempo de reacción entre que se detecta la enfermedad y se le pone remedio es crucial.

¿Qué perros están más predispuestos a este tipo de lesiones?

Por lo general, este tipo de lesiones tienden a producirse en razas de perros pequeños, especialmente en las siguientes razas:

- Poodles miniatura y Toy
- Maltés
- Jack Russell Terriers
- Yorkies
- Pomeranians
- Pekinés
- Chihuahuas
- Papillions
- Boston Terriers

En el caso de perros de patas cortas, como el Basset Hound  o los Teckel, aunque no son propensos a este tipo de enfermedades sí que tienden a sufrir problemas de cambio de posición de su rótula, debido al corto tamaño del fémur. Por lo tanto, estos perros también tenderán a terminar con las rótulas dislocadas.

Si se trata de una raza grande, aunque no suelen tener problemas de luxación de rótula, sí que suelen tener una agradable y profunda cresta de la rótula para que ésta pueda encajar a la perfección. No obstante, este tipo de razas sí que están predispuestas a presentar problemas de cadera con lo cual. Por tanto, si una articulación que se encuentra por encima de la rodilla (como es, en este caso, la cadera) o por debajo presentara algún problema, puede llegar a cambiar la fisionomía del cuerpo del animal. Esto es, si hay algún problema con la cadera o el tobillo de su mascota, esto puede acabar afectando a la rodilla al obligar a la rótula a salirse de su sitio.

Los problemas rodilla según su gravedad

Existen cuatro niveles de gravedad en el caso de las rótulas dislocadas:

Grado 1: es el más ligero. Corresponde a aquellas rótulas que, aún saliéndose del sitio, vuelve a colocarse fácilmente en su lugar.

Grado 2: En este grado se incluirían aquellas rótulas que se salen de su lugar no regresando siempre a su posición correcta. A veces requieren de la manipulación manual para recolocarla.

Grado 3: Aquí se recogerían a aquellas rótulas que se pasan fuera del sitio la mayor parte del tiempo, pudiéndose colocar de manera manual en su sitio, donde permanecerá temporalmente.

Grado 4: es el caso más grave, ya que la rótula se encuentra fuera de la ranura todo el tiempo, y no permanece en el surco cuando se coloca manualmente en su lugar.

Diagnóstico y Tratamiento

Tanto si el grado de gravedad es alto o bajo, es recomendable abordar el problema de inmediato. Tratando al perro en su enfermedad aunque se encuentre en las primeras fases del problema puede evitarnos una posible cirugía futura, así como la degeneración de las articulaciones (artrosis) y la disminución de la calidad de vida.

Una vez nuestro perro se encuentre debidamente diagnosticado, deberemos evitar que nuestro perro coja peso así como intentar que el animal lleve a cabo ejercicios que le ayuden a fortalecer la musculatura sin, por ello, maltratar la articulación.

Por lo tanto, junto con un peso ideal, contar con un buen tono muscular ayudará a que el perro acabe formando una "armadura" alrededor de la rodilla, la cual mantendrá la rótula en su lugar.


Por otro lado, al ejercicio y el buen peso del animal, es la incorporación de un tratamiento a rico en GAGs (glicosaminoglicanos). Esto lo podemos encontrar bien en forma de medicación (Omnicondro) o incorporado a la dieta del animal a través del pienso. Por lo tanto, una buena alimentación para un perro con problemas de rodilla estará siempre basada en piensos ricos en condroprotectores (GAGs, mejillón de labio verde, etc.) y con bajos niveles del carbohidratos para evitar el aumento de peso del animal.

En definitiva, independientemente de la gravedad de la enfermedad de nuestra mascota, el ponerlo bajo tratamiento ante la aparición de los primeros síntomas, mantener al animal en un peso óptimo y llevar a cabo ejercicios aeróbicos que le ayuden a fortalecer la musculatura permitirán al animal disfrutar del día a día con una alta calidad de vida.


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